miércoles, 31 de diciembre de 2014

Tu vida no tiene nada que envidiar a la de los demás.

Hay días en los que te sientes totalmente perdida, te da pereza levantarte de la cama, hablar, sonreír, llorar, no puedes ni si quiera mantener los ojos abiertos. Te sientes vacía, hueca e incluso desorientada. No sabes qué haces aquí, porqué estás aquí, no sabes cuál es tu "misión" en este mundo, porque en teoría todos venimos para aportar algo, pero yo aún no he descubierto el qué. No quieres hacer nada, solo cerrar los ojos e imaginarte el mundo que te gustaría vivir, la vida que te querrías tener, pero luego te arrepientes, piensas en la cantidad de cosas buenas que tienes a tu alrededor y no te das cuenta. Porque a veces padecemos ese problema, creemos no poseer nada, ambicionamos tenerlo todo, sin saber qué es ese todo, queremos lo que tienen los demás, envidiamos la vida de nuestros amigos, conocidos o de alguien que sale por la televisión, cuando realmente no sabemos si ellos tienen todo lo que tienes tú. Si ellos tiene el calor que te da a ti tu familia, si tienen amigos que darían la vida por ti, como tengo yo, que sabes que pase lo que pase estarán, que no te fallarán y que te harán fuerte. Porque son esas mismas personas las que te obligan a levantarte cuando el mundo te ha tumbado. Así que yo hoy brindo por ellas, brindo por la vida que tengo y brindo por la vida que me dan. A veces solo es necesario sentir la mano de tu mejor amiga en el hombro y ver que no estás sola. A veces basta con un beso en la frente de tu mejor amigo y sentir el calor de los que te quieren. A veces basta con el abrazo de tu madre, de tu padre o de tu hermana para ver que hay personas que están incondicionalmente. O a veces es todo más sencillo y simple, y te basta con el apoyo de alguien que acabas de conocer o que todavía no has conocido, a veces la vida se rige por las pequeñas cosas, por los pequeños gestos. Por eso si algún día te sientes así, déjate arropar por esas personas especiales, no envidies la vida de otros teniendo la tuya que es fabulosa, siéntete orgullosa y presume de ellos, como si tu vida fuese la mejor que hay en la tierra.                             






martes, 30 de diciembre de 2014

Todos tenemos nuestra segunda oportunidad

Perdónadme si hoy me siento con ganas de escribir y me hago pesada, pero es inevitable. 
Después de la entrada de hace un rato, ahora viene algo más positivo, creo. 

No os equivoquéis como yo me he equivocado, querer no es desvivirse por alguien, querer es dar lo mejor de ti a alguien. Ese fue mi problema, querer darte todo, nunca debí hacerlo, y más sabiendo el egoísmo que recibiría a cambio. Hay que ver lo ciegos que somos a veces, creemos tener un todo cuando en realidad no tenemos nada. Maldito juego el del amor. Y si me permites un consejo, no prometas nada que no puedas cumplir. No prometas un "para siempre" si ni si quiera tú sabes el significado y la responsabilidad que comporta ello. No prometas algo así como "tú siempre serás la única" si no tienes ni idea realmente de lo que quiere decir "única", porque verdaderamente todos somos únicos, diferentes, así que no le encuentro sentido a esas palabras manchadas de mentiras. 
Pero no todo puede ser malo. Cuando despides a alguien siempre queda una esperanza de que algún día vuelva a venir otra persona. Sí, a todos nos gusta vivir de ilusiones, viene a ser algo así como "cuando se cierra una puerta siempre queda una ventana abierta". A algunos les viene más rápido y a otros les tarda más, pero siempre llega. Y conocerte, ha sido el mejor postre para acabar este año. Sí, me atrevo a decir que mantienes una ilusión, sin saberlo, dentro de mí. No tengo prisa. Las prisas siempre me han jugado malas pasadas en mi vida, y por eso no voy a precipitarme esta vez, quiero hacerlo bien. Quiero disfrutar de cada momento que me brinde el tiempo para poder estar contigo, quiero reír y soñar a tu lado sin la necesidad de que nada nos mantenga atados o sumisos a una simple palabra que supuestamente define la relación entre dos personas "pareja". No es necesario, al menos no por ahora. No tengo la necesidad de comprometerme con nada ni nadie. Quiero saborear un poco de la libertad. Puede que también sea por respeto a otra persona, por una cuestión de principios morales que rigen muy fuertemente en mí y que he ido adquiriendo con el tiempo. Quién sabe. Solo sé que ponemos demasiadas etiquetas cuando realmente no es imprescindible. 
Así que si tú estás en una situación semejante, no sufras, todos acabamos saliendo de las sucias garras del desamor que tanto dolor nos produce, a veces. El dolor es relativo, al menos eso leí en un libro, todo depende de lo que entiendas tú por dolor. Lo que duele es desprenderse de alguien que supuestamente, vuelvo a repetir, fue "todo". 



Hasta siempre 2014

Hoy me he levantado con unas ganas inmensas de escribir, de escribirte, y te juro que he hecho todo lo posible para evitarlo, pero ya sabes como son estas cosas, incontrolables. 
Necesito decir que tengo miedo, miedo a que acabe este año y el que empiece sea peor, tengo miedo. Ciertamente, no sabría definir como ha sido este año, pero supongo que si tuviese que poner una palabra que lo definiese, diría intenso, intenso porque he vivido de todo, desde los mejores momentos a los peores que nunca antes podría haber llegado a imaginar. Acabé el 2013 pidiendo un deseo, solo uno, soplándole al 2014 todo lo malo del 2013 y con mis mejores deseos para el próximo, y tampoco puedo decir que no se haya cumplido del todo, pero en ese deseo han habido muchas brechas y heridas que no deberían haber sido así. Tal vez el texto que voy a escribir a continuación va a ser lo más íntimo que he escrito hasta ahora aquí y posiblemente nunca más volveré a desnudarme de esta manera, pero allá voy. 
"Me llamo Judith y mi padre tiene cáncer. Sí, así, sin más, sin tapujos, sin poner palabras que oculten o ablanden la situación, es así y así lo cuento. Me ha llevado nueve meses hablar de esta manera, atreverme a escribir sobre ello, tener la fuerza para sobrellevar de la mejor manera posible ésto, si es que alguna vez la he podido sobrellevar. Sin ninguna duda, este hecho ha sido lo que ha marcado y caracterizado este año, es cierto que me han pasado miles de cosas buenas, cosas que nunca pensé que sería capaz de conseguir, pero que así fueron, pero lo siento, lo siento si me equivoco al pensar que esto es lo más importante. Tal vez tú, que estás leyendo ésto no lo entiendas, yo a veces tampoco consigo entenderlo. Creo que solo personas que han pasado, o están pasando por esto al igual que yo pueden comprenderlo. No es fácil. No es fácil levantarte con miedo, con miedo al qué pasará, es esa incertidumbre, ese no saber, esa falta de respuestas, son todo interrogantes. Soy consciente de que la situación no es nada fácil y que probablemente esto tenga que llevarlo toda la vida conmigo, no sé si saldrá bien o si saldrá mal, o si simplemente saldrá. Pero lo que tengo claro es que voy a vivir cada momento, cada segundo como si fuese el último. 
¿Puedes llegar a imaginar lo difícil que es ver una persona que quieres sufrir? ¿Ver como no tiene ni fuerzas para levantarse de la cama algunos días? No es fácil, te lo aseguro. No es fácil ver como después de más de 12 sesiones de quimioterapia, de más de 6 meses luchando, aún no ha cambiado nada, ni para bien ni para mal, ver que lucha y que no consigue nada. Eso es difícil, eso te araña el alma, la impotencia de no poder hacer nada, de no tener la capacidad de solucionar, ver que se te escapa de las manos. Sólo puedes mantener la fe, la esperanza y transmitir cada día el positivismo que a veces a esa persona le falta, simplemente eso. Y esperar. Esperar que el tiempo de una respuesta a todo esto".
Y por eso tengo miedo a que empiece el 2015, miedo a que cambien las cosas, que empeoren, por eso llevo unos días con la extraña sensación de querer vivir encerrada en el 2014, como si eso fuese a protegerme de cualquier cosa que pudiese pasar, como si éste fuese intocable, inmortal e indoloro. Sé que no tiene nada que ver, que la vida no se mide por años, ni que los años dictaminan el curso de nuestra vida, pero aún así, tengo miedo, y supongo que es normal. Por eso te pido, no se bien bien a qué o a quién, pero que este 2015 este lleno de buenos recuerdos y que por una vez, todo salga bien. 


Hasta siempre. 

lunes, 1 de diciembre de 2014

Allá donde estés.

Y de repente.. oscureció. Poco a poco veía como se iban apagando las luces del vecindario, como la luna se iba apoderando de esta noche tan fría, y como las estrellas le hacían la más fiel compañía, en una de las cuales estabas tú. Cada vez había menos ruido, todo se iba enmudeciendo, todo, menos mis pensamientos. Unos pensamientos que no se centran en otra cosa desde que tú no estás. Noche tras noche te recuerdo, te siento y te anhelo. Por eso quiero que paren, tu ausencia es torturadora, ojalá pudieses estar aquí, ojalá. Maldito destino. Que difícil me lo pones a veces. Cada noche reitera el mismo sueño, el mismo que me lo da todo y después me deja sin nada, me devuelve de un soplo al mundo real, a un presente que es injusto sin ti. 
No puedo más. Noto como los ojos parpados se me caen derrotados tras un largo día, pero quiero mantenerme despierta, no quiero volver a vivir lo que vendrá ahora, otra vez no. Sería una brecha más en un corazón roto, ahora hace ya dos años, por favor, basta ya... Pero no puedo evitarlo. Caigo rendida, quedando a merced de mis sueños una noche más.
Y entonces te veo. Sentada en el mismo banco de siempre, con la misma ropa de siempre, y manteniendo la misma sonrisa que reinaba siempre en tu rostro y repartía vitalidad a la gente que te quería, aunque nunca llegué a decírtelo. Corro en búsqueda de encontrar un refugio entre tus brazos, un volverme a sentir como en casa, poder olerte y transportarme de nuevo a cuando estabas con nosotros. Dan tanta paz y seguridad..
-No te vayas -le pido.
-Nunca me he ido pequeña -me responde con esa voz tranquilizadora que solo una abuela puede ofrecer. 
-Hay tantas cosas que me gustaría que pudieses compartir con nosotros -digo casi entre lágrimas.
-Yo lo veo todo, os cuido, nunca he dejado ni dejaré de hacerlo -me aclara con una sonrisa. 
-Te echo de menos... -explico rompiendo a llorar... (una noche más).
-Y yo a vosotros. Pero tienes que entender que mi tiempo en esa vida ha terminado, y ahora os toca a vosotros seguir viviéndola por mí, haciendo lo que mejor sabéis hacer... ser vosotros mismos. Llegará el día que podremos reencontrarnos todos, cuanto más tarde mejor, pero yo no me voy a ir a ningún lado, os estaré esperando. -afirma con una seguridad espeluznante, que hace que me crea cada palabra.
-Y ahora no llores, sonríe, porque tienes una sonrisa preciosa, sal ahí y cómete el mundo.-repite sin que yo fuese capaz de decir absolutamente nada.
-Abrázame antes de que mamá me despierte - le ruego.
Y nos quedamos allí, fundidas en un abrazo, un abrazo que solo podía obtener en sueños, con temor a despertarme y darme cuenta de que todo había sido ficticio y que ella ya no estaba aquí.
Y sucedió. Desperté. Corrí a la habitación de al lado a ver si ella estaba allí. Pero una vez más fallé. Una vez más había sido todo fruto de mi imaginación, un mero sueño, una simple apariencia de ella, un reflejo, un soplo de nostalgia.. Y así se resumían las noches, en vivir atrapada en un constante pasado, en un recuerdo que mata al alma, que agujerea cada parte de mi cuerpo, y un cúmulo de sentimientos que se mezclan. Impotencia, pena, tristeza, rabia, nostalgia, anhelo, injusticia, miles de calificativos que no se ordenar, un caos. Un desorden que me desordena las noches, las vuelve estremecedoras, que me tiene cogida, que me impide ir adelante. Quiero dejar de extrañarte de esta manera tan dolorosa. Arráncame este dolor.. pero no te despegues de mi yaya... Nunca. Ahora y siempre. Contigo, allá donde estés.  




sábado, 29 de noviembre de 2014

Más ilusiones..

Todos sabemos que cuando te ilusionas por alguien no se puede controlar. Y eso mismo es lo que le está pasando a ella. Ella siente timidez cada vez que se cruza con su mirada, se vuelve pequeña y frágil. Pero siente miedo, miedo a no ser correspondida, a llevarse falsas ilusiones por parte de alguien que en realidad no quiere nada pero demuestra interés. No quiere que le vuelvan a romper ese corazón que aún sigue hecho añicos y espera que alguien venga a arreglarle y volver a montar esas ganas de enamorarse de la vida. Porque al fin y al cabo eso lo buscamos todos
Ella sonríe, busca tener el máximo tiempo con esa persona, intenta dar lo mejor de ella misma, hace cosa que nunca había pensado que sería capaz de hacer por alguien. Ella siempre ha sido una chica que lo ha tenido todo demasiado fácil en el sentido de que no ha necesitado nunca conquistar a nadie, aunque suene a prepotencia. Pero algo ha cambiado esta vez, y se ve con unas ganas infinitas de de luchar y de ser correspondida. De conquistar ese corazón que cada día que pasa le está gustando más, de alguien que encaja perfectamente con ella, que conecta de un modo con el que no lo había hecho nadie más. Ella tal vez esté viviendo de ilusiones, y tal vez tenga miedo de dar el paso, o de decir algo que pueda romper esa relación que ahora mantienen. No quiere perder a nadie, y menos a esa persona. Pero se muere de ganas por gritarle lo que siente.
Es pronto para poder llamarlo amor, ahora es más que una simple ilusión, es el principio de algo que a lo mejor ni si quiera va a más, pero quiere mantener aunque lo que tiene ahora, antes de precipitarse y tener nada. Pero aún así, como ya he dicho, vive con la esperanza de ser su todo, con la ilusión de que esa persona sienta lo mismo y en un futuro ser capaces de poner en la misma frase un "tú y yo".


jueves, 20 de noviembre de 2014

Arrancando el pasado, construyendo un futuro.

Cada soplo de aire siempre viene acompañado de una nueva ilusión, sentimiento o incluso a veces, ese soplo, te devuelve la esperanza. Y una mezcla de todo ello es lo que me ha traído a mi. Hacia ya tiempo que no me pasaba algo así, que no me ilusionaba con ver una mirada, ni que una sonrisa me pudiese producir tanto, incluso sin decir nada, llegas a decirmelo todo. Tal vez solo esto sea cosa mía, de mi mente y mi imaginación, pero es algo que me mantiene cada día que me levanto, esa pizca de motivación era lo que yo necesitaba, por muy irreal o equivocada que esté me gusta la situación, me gusta que se crucen nuestras miradas tímidas y las quitemos por vergüenza, sin saber muy bien qué hacer o qué decir. No sabes lo mucho que me encanta y sobretodo, la energía que me da. Yo también quiero empezar a vivir mi historia, no quiero quedarme atrás, quiero arrancarme por completo todo este pasado que arrastro y que verdaderamente ya no beneficia en nada, absolutamente nada. Solo me trae más que dolor, nostalgia y mucho arrepentimiento y no, eso debe acabar, aquí y ahora, lo prometo. Y con todas las restas, equivocaciones, errores e incluso lágrimas que forman parte de mi pasado serán las mejores armas que pueda conseguir para labrar, construir y crear un nuevo futuro, mi nuevo futuro. Deseo ilusionarme, engancharme completamente de alguien, hacer lo que nunca he hecho, miles de locuras, robar miles de risas y sonrisas a la gente, quiero enamorarme, quiero sentir el amor recorriendo cada poro, cada parte mi cuerpo, cada parte mi alma, quiero sentirlo por mis venas, sentir su calor, su fuego, su ansia, su pasión... quiero sentirlo todo, quiero tener una vida llena de emociones, una montaña rusa que no para de girar y girar, que me lleva de aquí para allá sin preguntar, sin miedo a equivocarse, arriesgándose y tirándose al vacío como si no hubiese un mañana. Pero sobretodo, quiero conocer a gente, a personas maravillosas que me acompañen en este camino, junto a las otras que ya lo están haciendo. ¿Por qué sabéis que? Me he dado cuenta que cuanto más mal esta tu alrededor, cuando las cosas empeoran por momentos y tu vida parece que se esté desmoronando y no haya una salida (o eso creas) será el momento que más ganas tengas de luchar por una vida que siempre has querido pero nunca te has atrevido a llevar a cabo. En las situaciones difíciles, es cuando más apreciamos lo que tenemos, cuando más ganas hay para luchar por nuestros sueños y objetivos, nos volvemos ambiciosos y sonreímos a la vida a pesar de las desgracias. Y eso, solo lo hacen los valientes. Y yo, me considero una valiente. Una valiente que quiere cambiar su vida, que quiere más y más, que no se rinde a pesar de muchos momentos que tenga de bajón, sigue aquí, luchando por su vida y por la de los suyos, siempre con sed de más.


lunes, 27 de octubre de 2014

¡ALLÁ VOY!

Y de repente llega ese día. 
Un día te levantas y miras a tu alrededor y te paras a pensar en lo mucho que han llegado a cambiar las cosas. Te planteas un montón de preguntas, de dudas, de remordimientos para los que no encuentras respuesta ni solución. Y llegas a la conclusión de qué sentido tiene todo lo que has recorrido. Dudas. Piensas si era esto lo que querías. Si las cosas están saliendo igual, peor o mejor de lo que esperabas, te alegras y te decepcionas. Sientes orgullo, pero no estás satisfecha. Algo está fallando. 
Ahora mismo puedo ver a aquellos niños jugar tranquilamente a baloncesto y me paro a pensar cuando lo hacía yo. Mis amigos, mi clase y lo unidos que durante un tiempo pudimos estar todos. Pero un soplo de viento que despeina mi enredado cabello provoca al mismo tiempo la aparición de un pensamiento y la desaparición del otro. Se acabó la nostalgia. Me trae de vuelta a la realidad. Una realidad que me hace darme cuenta que hace mucho que dejé todo aquello atrás. Hace tiempo que cambié esos juegos de niños por responsabilidades, esas horas de jugar por horas de estudio interminables, por esa vida social tan plena llena de energía y diversión por otra que me llena de una manera distinta, una más adulta. A veces me gustaría tener la vida de un niño, recobrar esa infancia irrecuperable y retomar mi inocencia. El mundo adulto agota, comporta responsabilidad, disciplina y mucho esfuerzo para alcanzar tus metas. Está lleno de prisas y de malas intenciones, está todo calculado al milímetro, tus días pasan a ser planificados desde que te levantas hasta que te acuestas, no hay lugar para la improvisación, para disfrutar de las pequeñas cosas que se nos brindan día a día (a no ser que entren en tu lista de rutina), básicamente tu vida se convierte en una espiral que está constantemente en movimiento, una rutina con la que no quieres convivir pero que no te queda otro remedio. 
Por eso a estas alturas me pregunto, ¿es esto lo que yo quiero? y sé que la respuesta es sí, sin dudarlo. Tal vez lo que me pasa es que tengo miedo, no quiero resignarme a vivir encarcelada en una vida de adulto, me aterra la idea, siento que estoy madurando y me asusta no ser capaz de controlarlo, de controlar mi vida
Pero sí, sí y sí. Estoy decidida a aventurarme a entrar en el mundo adulto, sin temores, sin arrepentimientos, sin melancolía de esa infancia feliz, sin inseguridades. Allá voy.


sábado, 4 de octubre de 2014

Todos nos merecemos una historia de amor.

- Lo siento, pero me he cansado de esperar, de ser paciente y tranquila, hacer que los días pasen y las oportunidades con ellos y no recibir nada a cambio. No puedo seguir así, no podemos. Tal vez me he equivocado desde un principio queriendo pensar que pasaría lo que nunca ha podido pasar, la culpa es mía por apostar por algo que creía que existía pero que jamás fue real. Nunca debí enamorarme de ti, ese ha sido el peor error que he podido cometer, tú no eras para mí, lo supe desde el primer día que intercambiamos palabras, ¿Cómo pude llegar a pensar que alguien como tú se iba a enamorar de alguien como yo? Es de locos. Por eso quise controlarme, lo prometo, no quería que esto llegase a pasar, al menos no de esta manera, no quería perderte, pero cuando se trata del corazón no hay nada que pueda frenarlo, absolutamente nada. Y aquí me tienes, derrochando amor por ti desde el primer día que te vi, sin poder evitar comerte con la mirada, deseando besar tu sonrisa y esta vez sí, intercambiar algo más que palabras. Y aprovecho ahora para decirte que te quiero, que te quiero con toda mi alma, y que daría todo por ti y tu felicidad, sea cual sea tu felicidad.. 
Y entonces los segundos pasaron, nadie se atrevía a intercambiar palabra, solo podían mirarse, ella con la esperanza de que pasase un milagro y se cumpliesen todos sus sueños, y él.. él estaba ausente, no podía dejar de mirarla, solo le importaba ella en ese momento, y fue ahí cuando dejó su corazón desnudo y sus sentimientos a la vista de todos..
- Será mejor que me vaya. Creo que por hoy ya he hecho bastante el ridículo.
Ella se había dado por vencida y prefería irse ahora con la cabeza bien alta antes de escuchar una respuesta que la dejase peor de lo que estaba, pero entonces... algo cambió.
+ Espera. 
- ¿Qué?
Él le dio la vuelta y la besó. Sin pensárselo dos veces lo hizo. Hizo lo que llevaba meses queriendo hacer pero que no supo verlo hasta ahora. Se fundieron en un cálido beso, mejor que los de las películas, mejor de lo que ella había soñado jamás, sus labios hablaron en nombre de su corazón. 
+ Perdóname si en algún momento he llegado a hacerte daño, hasta ahora no había visto todo lo que sentía por ti, algo dentro de mí me ha tenido ciego todo este tiempo, pero ahora, ahora que te tengo aquí, tan cerca, me doy cuenta que no quiero estar con nadie que no seas tú. 


miércoles, 1 de octubre de 2014

¿Me concedes este baile?

Esta será nuestra noche. Ven. Atrévete a bailar conmigo hoy y te aseguro que mañana no querrás hacer otra cosa. Permiteme concederte este baile, un baile que jamás olvidarás, en el que la música solo afecta a dos personas, tú y yo, acompañados de una noche mágica. Toma mi mano, deja que poco a poco tu melena se despeine, que tus pies se dejen llevar por el ritmo que dictamina mi corazón y que lentamente el tuyo se vaya uniendo al baile. 
Eres tan hermosa e imperfectamente perfecta que haces que un simple baile se convierta en algo inolvidable. Me encanta ver como te ríes cada vez que me pisas, la sonrisa cada vez que giras sobre ti misma dando una vuelta para llegar a mis brazos, unos brazos que jamás dejaran que te caigas por muy difícil que sea el paso que tengas que dar. Verte bailar es una de mis escenas favoritas, ver como todo tu cuerpo se mueve de esa forma tan elegante y sutil, tan limpia y perfecta, realmente pareces una princesa acabada de salir de su cuento solo para encontrar ese príncipe azul. 
Izquierda, derecha, al medio, adelante y atrás, vuelta y vuelta, da igual los pasos que hagas, hacia donde te muevas, tus pies siempre acaban trayéndote de vuelta a mis brazos. Nunca soltaré tu mano, jamás dejaré que eso ocurra. Tu y yo tendremos más que un infinito y más allá. Eres la princesa de nuestra historia, tu dulzura y bondad no la podré encontrar nunca en otros cuerpos, porque tú, tú eres la definición idónea de perfección. Tú eres todas las excepciones de la palabra imperfección, tú conviertes todo lo que tocas en algo especial y único... ¿Dónde voy a encontrar eso? Esa magia solo la posees tú.  Por eso te pido que este baile sea eterno, que nunca dejemos de bailar, por muy complicada que sea la coreografía, por muy cansados que estén nuestros pies, no dejes que encuentren otro camino que no te lleve a mis brazos. 


sábado, 27 de septiembre de 2014

Ilusionarse no es nada malo.

No puedo esperar a que llegue el momento de vernos, deseo escuchar tu voz, como suena, tu acento, tu forma de hablar, tu risa, quiero mirarte a los ojos, que nuestras miradas se encuentren, me encantaría conocerte. A veces la vida te sorprende, te trae personas que no esperas, con las que encajas y te puedes llegar a llevar mejor que bien. Te hacen reír, soñar, ilusionarte.. Hacen que no puedas dejar de mirar el móvil esperando un mensaje, un "hola", un lo que sea. Tal vez no esté bien esto, tal vez sea demasiado pronto, demasiadas sensaciones para un tiempo tan breve, pero ¿qué más da? ¿esto no puede matarme, no? Hay momentos en los que necesitamos vivir de ilusiones, de esperanzas aunque luego no te lleven a nada. A todos nos gusta sentir que alguien tiene interés en nosotros, sentirnos el centro de atención, de su atención. No creo que esté haciendo nada malo, no hago daño a nadie, solo soy una joven que intenta disfrutar de lo que se le presenta. No quiero pensar. Quiero dejarme llevar por el tiempo, por tu sonrisa y dejar que poco a poco vaya entrando en tu vida, sea de la forma que sea. 
Sí, puede que esta ilusión luego me lleve a una decepción, de hecho es lo más probable, pero es un riesgo que tendré que correr si quiero gozar de lo que se ha puesto en mi camino ahora mismo, mi decepción será un daño colateral a nuestra historia, si es que tenemos un "nuestra". No me importa, dolerá, pero la herida habrá estado más que merecida y aprovechada, no podré castigarme y torturarme pensando lo que habría pasado si no lo hubiese intentado, eso es mucho más doloroso. Solo quiero vivir, caer y levantarme para seguir viviendo, sea contigo, con él o sola, me da igual, solo vivir. Y quiero ilusionarme una y otra vez, no dejar de hacerlo, no cesar de soñar y soñar, soñar en que puedo, soñar contigo y a tu lado, y esperar que se haga realidad...


lunes, 22 de septiembre de 2014

Lucas necesita hablar

Puestos a decir verdad, siempre he sido en esta historia el chico malo, revuelto contra el mundo, contra toda norma, incluso contra mi mismo. Tampoco es un papel que me desagradase jugar, es más, creo que me divertía, me gustaba esa fachada de chico rebelde que tiene sus propios principios e ideales, un chico imparable. Es gracioso. Es gracioso como dos personas tan distintas y opuestas puedan llegar a amarse tanto como lo hemos hecho nosotros. A ti siempre te han gustado las normas, las leyes y seguir las reglas, supongo que son esas las reglas básicas que tiene que tener un buen abogado, bueno, todos los abogados sean buenos o malos, sino, ¿qué sentido tiene?. 
Me gustaba verte a ese lado de la pared, sin poder evitar que tus ojos se encontrasen con los míos. He de reconocer que al principio me tomé todo esto como un juego, un juego de niños, solo eso, pero entonces yo no sabía lo que vendría después. No sabía que meses después me tendrías comiendo de la palma de tu mano, que estaría regalándote flores por San Valentín o que sería capaz de escribirte una carta, o al menos intentarlo. 
Tu sonrisa me conquistó a primera vista, provocaste en mí una sensación que jamás antes había conocido y que no me arrepiento de haberla compartido contigo, porque eso, eso ha sido lo más increíble que me ha pasado en mi vida y que nunca podré olvidar.
Respecto a tu papel en esta historia diré que sin dudarlo eras la chica buena, esa que nunca hace algo que no debe, algo arriesgado, algo que pueda ponernos en peligro. Y sí, he de confesar que tú, solo tú, conseguiste quitarme esa máscara, esa fachada que supuestamente me protegía de cualquier problema. Me ensañaste que las cosas no siempre son blancas o negras, hay grises con diferentes matices, otros caminos por los que ir, que el medio es un sitio importante entre la izquierda y la derecha. Aprendí que no hace falta hacer las cosas más locas del mundo para tener una historia extraordinaria, y la tuvimos. También he de reconocer que cuando haces las cosas poco a poco, disfrutándolas, puedes saborearlas un poco más,  ves otra perspectiva que antes la rapidez no te hubiese dejado ver. "Deja de pensar en el futuro y céntrate en el aquí y ahora", soy incapaz de recordar la de veces que me dijiste esa frase, se quedó tan grabada en mí que después de tu marcha fui a tatuarme "carpe diem", mucho más corto y conciso, y que tiene sabor a ti.. Y te prometo que no he dejado de hacerlo. Al igual que nunca he dejado de amarte. Sigo aquí, al pie del cañón, dispuesto a luchar por ti, una vez más.



jueves, 18 de septiembre de 2014

¿Estarás contento, no? Esto has conseguido.

¿Estarás contento no? Conseguiste lo que querías. Encontraste la manera de arrancarme el corazón de una sola pieza, te lo llevaste, jugaste con él desde el minuto uno, incluso antes de conocernos. ¿Era lo que querías? Pues aquí lo tienes. Aquí estoy. Con el corazón desgarrado, robado, me has roto todo lo que tenía, todo lo que quería. Odio esta debilidad en la que has convertido mi vida, te odio Lucas, te odio. Te odio por dejar que me enamorase de ti aun sabiendo que ibas a hacerme daño, te odio por ello, te odio por permitírmelo. 
¿Qué quieres que te diga ahora? ¿Qué quieres? ¿Qué me da igual a quien besar desde que tú no estas? ¿Qué me importa una mierda sujetar otras manos? ¿Qué no puedo olvidarte? Pues sí, te lo digo, te lo grito, lo que tú quieras, porque es así. Me destrozaste, me dejaste a merced del destino, esperando que él me daría algo mejor, pero te equivocaste, todo ha ido a peor, el sentimiento de culpa se apodera de mí cada vez que veo esa absurda fotografía, el único recuerdo que me permito tener de ti. Yo sé que es el dolor. Lo sé porque tu me dejaste experimentarlo, y créeme, no se parece en nada a la definición que da la RAE sobre él: "Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior". Eso no es dolor.  Dolor es verte ir, recordarte, sentir que falta una parte de ti, una que tú te llevaste. Y no te miento, dolor es ver esa fotografía y no poder gritarte que lo único que deseo en este preciso momento es vivir en ella para siempre... Porque créeme, sumergirme en un mar lleno de tiburones sería mucho más agradable que la forma en la tú me has devorado. Te lo has llevado todo, y no me has dejado nada, solo este dolor, este maldito dolor que no me deja vivir, vuelve, vuelve para llevártelo y luego no regreses más Lucas, nunca más.




domingo, 14 de septiembre de 2014

Esta noche voy a hacerte mío, solo mío..

Noche. Silencio. Paz. Estas eran las tres palabras que sentía cuando estaba sentada junto a la orilla del mar esta noche. Estaba desnudándole mi alma a las olas del mar, dejando que ellas guiasen por el camino correcto a mis sentimientos, y en ese preciso instante te vi a lo lejos, y como poco a poco te ibas acercando. Te sentaste a mi lado y dejaste que el silencio hablase por nosotros. ¿Tal vez esa era una señal? ¿Tal vez ese era el camino que debería seguir? Eran demasiadas preguntas sin respuesta, preguntas que nadie iba a responderme. Que caprichoso es el destino cuando se lo propone. Le habían traído a mi lado, después de tanto tiempo me lo trae ahora.
Él espera que sea yo la que rompa el silencio, la que intervenga por una vez. Noto su miedo, su preocupación, sus ojos mirándome de reojo esperando encontrarse con los míos. Y me acojono. De repente me asusto, me da miedo dejar que mis actos hablen por mí, pero lo hago. Le miro y nuestras miradas vuelven a encontrarse después de tanto tiempo. Nos lo decimos todos sin la necesidad de decir nada, esa siempre ha sido nuestra mejor virtud. 
Puedo ver en él todo lo que había echado de menos, todo lo que he necesitado este tiempo y no he podido tener. Deseo besarle, quiero hacerlo. Pero vuelvo a aterrorizarme. Entonces es él quien se va acercando lentamente, poco a poco, como si el tiempo fuese infinito, como si nada pudiese pararnos ahora mismo, como si solo fuésemos tú y yo, otra vez. Y siento tus labios acariciando los míos, siento ese fuego por todo mi cuerpo, siento como poco a poco me estremezco, siento todo lo que no he sentido desde hacía tanto... Ojalá pudiésemos quedarnos así eternamente, acariciándonos y dejando que nuestros corazones, por una vez, dictaminen cuál es el camino que ahora debemos seguir. 
Sujeto tu mano, no quiero volver a perderte, no voy a dejarte ir, otra vez no. Quiero que te quedes aquí conmigo toda la noche, recuperando todo el tiempo que hemos perdido y empezar a hacer todo aquello que no pudimos hacer ahora hará unos años, dejemos que esta noche sea mágica, que las olas marquen el ritmo de nuestros besos, que las estrellas nos iluminen y que la luna sea la única testigo de que esta noche voy a ser solo tuya y yo voy a hacerte solo mío.


viernes, 12 de septiembre de 2014

Supongamos que aún te recuerdo.

Aún recuerdo la última frase que me dijiste antes de que todo esto se acabase "supongo que volveremos a encontrarnos". Y tiempo después yo me supongo: ¿Qué pasaría si volviésemos a encontrarnos? ¿Cuál sería tu reacción? ¿Cómo se supone que se saludan dos personas que se amaron con el corazón en mano durante tanto tiempo? Después de todo lo que ha pasado desde que no hemos estado juntos, ¿volverías? ¿Merecería la pena que yo empeñase todo, mi vida, por intentarlo una vez más? Puestos a suponer, supón que te echo de menos, que lo he hecho durante todo este tiempo en silencio, para mí, sin que nadie más, exceptuando estas teclas y mi almohada fuesen testigo, lo supiesen. 
Supongamos también que tu no me has olvidado, que todavía me recuerdas, que en tu mente siguen estando todos los recuerdos, esa calle donde empezó todo, esos sitios donde compartimos algo más que un par de carcajadas, mi teléfono, que de vez en cuando miras mi perfil para saber de mí, supón por un momento que todo esto es así, supón que no te olvido. ¿Qué pasaría entonces? ¿Tendremos que engañarnos a nosotros mismos toda la vida por miedo a volver a sufrir? ¿Se supone que debemos perdernos eternamente? 
Todas estas preguntas me atormentan cada noche, siempre las mismas, mi corazón no deja de repetirlas una y otra vez, y el silencio de las respuestas, de tus respuestas me impide dormir, el silencio de tu ausencia es el que me despierta de los sueños, esos sueños que te regalé a ti. 
Pues sí, a lo mejor sí te echo de menos. Echo de menos caminar por la calle y no ir cogida de tu mano, sintiéndome segura en un mundo lleno de peligros, echo de menos tu mirada, esa que sin decir nada decía tanto, echo de menos tus "te quiero", te lo juro, eran tan sinceros, tanto.. que soy incapaz de repetírmelos en mi cabeza la mitad de reales. Teníamos tanto y decidimos ser nada... Tal vez nos faltó madurez, tiempo o experiencia, sea lo que sea, lo dejamos pasar
Por último supón otra vez que un día de estos nuestros caminos se cruzan, que volvemos a tener una oportunidad, la oportunidad de volver a tenernos, retomar aquello que dos críos no supieron manejar, solo suponlo, ¿volverías?.



jueves, 11 de septiembre de 2014

Quiero ser esa chica que fui

Y sonrío. Sonrío cada vez que veo esa fotografía, me trae tantos buenos recuerdos, momentos que viví, que vivimos, y que se fueron. Se fueron el mismo día que mi corazón decidió poner un punto y a parte a eso que un día llamamos "amor" por error. Echo de menos a la chica que era en aquel momento, tan amena y sensible, tan inocente y valiente. Todo eso se quedó ahí, junto a esa fotografía, contigo. El día que te perdí, también perdí una parte de mí que ahora mismo no puedo volver a encontrar, busco por aquí y por allá, en otros corazones, en otros sitios, en otros recuerdos, pero no está, y creo que nunca volverá a estar. Por eso le pido al tiempo, al destino, o a lo que sea, que me devuelva la sonrisa y las ganas que un día me quitó, que me dé las armas y el valor suficiente para volver a ser yo, la chica que era, o al menos una que se le parezca. Quiero volver a sentir que me siento viva, que por muy mal que esté todo lo que me rodea en este preciso instante puede acabar bien, esa energía y optimismo, ese "sí puedo" en los momentos difíciles que parece casi casi imposible poder. Necesito demostrarme a mi misma que puedo hacerlo, que debo hacerlo. 
El camino estos últimos meses no está siendo fácil, en momentos decisivos de mi vida las cosas no estuvieron bien, tal vez eso me impidió dar todo de mí, pero fui fuerte, y por eso no me arrepiento de cómo lo hice, es más, me siento orgullosa. Pero sigue faltándome algo, esa chispa que da color a una sonrisa, que da brillo a una mirada, y que pone la última nota al acabar una carcajada. Eso me falta a mí, eso es precisamente lo que debo encontrar, lo que quiero encontrar...



Feliç diada de Catalunya per a tots!
11 de septembre.
Una terra, un sentiment.


domingo, 7 de septiembre de 2014

Seas quien seas..

Tú, la persona que llevo buscando mucho tiempo, tú que todavía no te conozco y ya me tienes enamorada sin ni siquiera aún haber entrado en mi vida, o sí, de alguna manera extraña e inexplicable ya lo has hecho, no me preguntes cómo pero estoy segura que no tardarás en llegar. He mirado decenas de ojos, pensando que algunos de ellos serían los tuyos, creyendo que te estaba mirando a ti de una vez por todas. Te gusta jugar a esconderte por cada rincón de la ciudad, ya sea una esquina, un bar o un campo de fútbol, he creído tenerte una infinidad de veces pero siempre te has acabado escapándote, sumergiéndote en un cuerpo totalmente distinto esperando que yo vuelva a buscarte. Un juego de dos, que me lleva a recorrerme miles de veces la misma ciudad, sabiendo que estás ahí esperándome, conociendo una única pista, tu cigarrillo. Por todos los cuerpos que pasas siempre te acompaña ese cigarrillo en tu mano izquierda, un rastro totalmente inconfundible que no puedo dejar de perseguir, ¡quieto! ¡para! ¡te he encontrado!, pero vuelves a irte, y ahora pienso que ninguna de esas personas eras tú, a ti todavía no te conozco. Lo único que quiero es ser tu cigarrillo de las mañanas, de después de comer, el de medía tarde y el de antes de irte a dormir... Tal vez este loca por querer tenerte, por desear abrazarte, besarte sin ni siquiera conocerte, pero pongo a la luna por testigo que ahora mismo daría mi vida por encontrarte, por que cada mañana me suplicases cinco minutos más, que me cojas y no me sueles, que te pique y que me calles con un beso, de cogerte la mano y comernos el mundo entero..
Estoy aquí, lo sabes, deseando regalarte todo mi amor, acariciarte hasta que te duermas y seguir haciéndolo para cuando despiertes. Podría intentar explicarte entre estas letras cuáles son mis sentimientos por ti pero me faltarían tantos adjetivos, metáforas y en definitiva palabras que me resulta totalmente imposible. Y vuelvo a repetirte, daría todo por conocer tu verdadero nombre, el color de tus ojos, el tacto y color de tu piel, el dibujo de tu sonrisa y el sonido de tu risa. Te esperaré el tiempo que sea necesario, recorreré cielo y tierra para encontrarte y poder quedarme contigo para siempre, pero tú no te olvides de existir y hacer que esto sea real. Porque sé que es real.



viernes, 5 de septiembre de 2014

Vuelve otra vez septiembre, uno más desde que tú no estás. Ojalá pudiese cambiar eso, al menos eso pienso ahora. Sé que me equivoqué, cometí más errores de los que me gustaría, quise evitarlo pero me faltó valor para hacerlo, diste todo de ti, te entregaste a mí, y yo lo sabía, razones y motivos no me faltaban para intentarlo pero había algo, algo dentro de mí que me impedía luchar por ti. Ahora me arrepiento. Cada septiembre que pasa me doy cuenta de lo maduro que eras para tan temprana edad, y lo mayor que me creía yo... y lo inmadura que fui. Nunca pude darte la razón, aun sabiendo que la tenías, me equivoqué, claramente que lo hice. 
Estabas tan enamorado... podía sentir tu corazón apresurado por conquistar de la misma manera el mío, y lo hiciste, podía ver tus ojos derramando amor a cada paso que dabas, sé que lo hubieses dado todo porque yo sintiese lo mismo, y lo hice. Tal vez no supe expresarlo, no quise darme cuenta de mis sentimientos, tal vez me aterraba la idea de estar enamorada de ti. He tenido que pasar por otros corazones, por otras sensaciones para darme cuenta tiempo después que sí sentí lo mismo y que nunca lo he vuelto a sentir. Era adicta a tu pelo, al sonido de tu risa que se quedaba impregnada en cada poro de mi piel, a la silueta de tu sonrisa cada vez que me veías, a esa mirada penetrante y pícara... esa mirada me mataba. Quería crear contigo algo más grande que nosotros mismos, algo mágico. Igual de mágico que cuando nuestras manos se entrelazaban, sintiéndonos y fusionándonos a un mismo compás... ¿Recuerdas cuando no nos queríamos ver pero deseábamos buscarnos? Siempre acabábamos encontrándonos... Era adicta a ti y no supe demostrarlo, tú me conquistaste.. y ahora, esa sonrisa, solo puedo recordarla, porque ya no estás. Ya no..


Siempre.

domingo, 27 de julio de 2014

Solo quiero un minuto más.

Y ella.. volvió a hacerlo. Después de estar medio año sin él, a prueba de él, fue verle y perder todo lo que había ganado. Lo intentó, intentó por todos los medios alejarse, huir, marcharse y poner tierra de por medio, pero volver acabó con ella. El amor siempre pudo con ella, y ese chico fue su mayor droga. En este tiempo, consiguió dejar el alcohol, las drogas y las autolesiones, pero nunca logró olvidarle. Ya no sé si fue amor o obsesión lo que acabó con ella, pero está claro que ya no puede remediarlo. Necesita salir de ahí, sacar de su cabeza lo que su sonrisa le hace sentir cada vez que le ve.. pero, ¿quién puede controlarlo? Nadie es capaz de evitar que un escalofrío recorra todo tu cuerpo lentamente cuando ves a la persona que quieres, ni que un calor extraño se apodere de ti, ni si quiera puedes manejar las ganas insaciables que tienes de besar esos labios, sus labios, aunque sepas que no debes hacerlo.. en ese sentido, nadie es dueño de sí mismo. Pero nosotros tenemos la capacidad de decidir, es lo único en lo que podemos tomar poder, del resto.. se encarga nuestro corazón. 
Ella le necesita. Pero él a ella ya no. Ha encontrado en otros labios lo que en ella no había descubierto, en otros brazos lo que nunca pudo llegar a experimentar, se fue, igual que vino se acabo marchando. Y la dejó ahí, a merced del tiempo, un tiempo que la estaba consumiendo y apagando a ella poco a poco..  Que difícil es cuando uno de los dos ya no es correspondido, a veces nos gustaría vivir engañados pensando que todo está bien, dispuestos a todo solo por estar un minuto más, solo un minuto más.. 


miércoles, 23 de julio de 2014

SÍ puedes.

"No puedes hacerlo". ¿Cuántas veces hemos escuchado esas tres palabras a lo largo de nuestra vida? Algunas de ellas han sido pronunciadas por gente a la que supuestamente importabas o te quería, y otras por desconocidos, pero está claro que son las primeras las que te dejan marca. Cuando hay alguien que te quiere y te dice que no puedes hacer algo, automáticamente provoca que el autoestima caiga en picado. Piensas que nunca serás lo suficientemente bueno para esa persona, y mucho menos para cualquier extraño. Aun así, son los desconocidos los que te motivan a querer demostrar que puedes hacerlo. Y es la combinación esa de dolor y orgullo la que te hace enseñarles a todos que sí puedes, porque puedes hacerlo, todos podemos. 
No hay nadie que sea mejor que otro, todos tenemos debilidades, incluso la persona más fuerte o más inteligente, siempre flaqueamos en algo, aunque muchos no quieran reconocerlo ni darlos a conocer. Pero no te equivoques, no es mejor aquel que cree que es capaz de hacerlo todo sin el más mínimo esfuerzo, ni aquel que saca mejores notas sin la necesidad de estudiar, ni si quiera aquel que gana siempre haciendo trampas. No es la cantidad lo que cuenta. Lo que realmente cuenta son las gotas de sudor y esfuerzo, las lágrimas de lucha en el campo de batalla que has desprendido por llegar a ello. El camino no es el mismo para todos, y hay muchas maneras de llegar a él, pero no gana el que llega primero, si no el que lucha mejor. Tómate tu tiempo. No importa los minutos, horas, meses o años que tardes en conseguirlo, lo importante es alcanzarlo, no es mala la espera. La espera te hace saborear más la victoria, palpar más de ese trayecto y lograr la meta con una gran perspectiva del camino recorrido. 
No vuelvas a escuchar más a todos aquellos que dicen que no puedes hacerlo, date la oportunidad de intentarlo, de fracasar o de vencer, pero arriésgate. 
Y por último... no olvides esto: "Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. ¡Así que si quieres algo hazlo y punto!"


martes, 22 de julio de 2014

"Volveremos a encontrarnos"

Recuerdo perfectamente todo lo que sucedió aquel día. El termómetro marcaba una de las temperaturas más altas para esa noche en todo lo que llevábamos de verano, nada más ni nada menos que 38º teniendo en cuenta la humedad que había. 
Yo iba en el coche, a toda velocidad, estaba claro que a mi tío le encantaba sentir esa adrenalina en la carretera que ciertamente no era compatible con llevar un buen peinado y bien peinado, pero me gustaba sentir esa brisa de aire sobre mi pelo, alborotándolo y convirtiéndolo en algo mucho más realista y natural. Tampoco tenía porque estar guapa para nadie, yo era como era y no buscaba nada, lo que no sabía era lo que me iba a encontrar después. Sencillamente, solo asistía a una cena por compromiso. Eran las fiestas del pueblo de un amigo de mi tío y yo estaba de vacaciones con él, así que tenía que amoldarme. Pensé que me esperaría una noche aburrida y eterna, pero todos mis planes y mis esquemas se rompieron a pedazos cuando me presenté allí.
Llegamos al sitio y me pareció algo espectacular, pude ver una gran falla que dos días después quemarían, y muchas mesas, muchas, rodeadas por gente que hablaba y reía. Por un momento sentí que ninguna de esas personas tenía ningún problema, todas eran felices, o al menos eso parecía, y disfrutaban de aquel rato que la vida les había dejado para tomarse un respiro. Y me contagié. Me contagiaron su risa, sus ganas de reír y aprovechar el momento y eso hice. 
En la cena probé cosas que nunca habría pensado que sería capaz de probar, pero estaba experimentando cosas nuevas y eso hice. Me gustó. Me gustó sentir esos nuevos sabores para mi paladar y darme cuenta de que en el fondo no estaba tan mal. Ese atrevimiento me hizo sentir bien, capaz de eso y de mucho más.
Justo después, llegó el momento. Ese momento que puso divisorio de la noche que la partía en dos. La primera parte la llamé "vive" y la segunda.. aún sigo buscando un nombre. 
Giré mi cabeza 90º y vi a un chico. Desde ese momento me llamó la atención. Era moreno, más alto que yo y con unos ojos verdes que no podías dejar de mirar. Dos segundos más tarde él también lo hizo, era como si todo hubiese estado preparado y calculado para que en ese momento en especial nuestras miradas se encontrasen. Solo fuimos capaz de mirarnos durante unos segundos hasta que la sonrisa tímida que nos había producido ese encuentro nos obligó a apartarlas. Pude notar como un calor extraño pero familiar se apoderaba de mis mejillas y hacía que me estremeciese poco a poco, me sentía como una niña pequeña, una sensación que nunca antes había vivido. 
Durante toda la noche las miradas no cesaron, nos perseguíamos y se convirtió en un juego en el cual los dos nos habíamos quedado totalmente prendados y del que ninguno quería dejar de jugar. Yo no me cansaba de ver sus dientes alineados y su mirada pícara provocando la mía,si su objetivo era ponerme nerviosa os puedo asegurar que lo consiguió en cada una de las veces. 
Cuatro horas necesitamos para tomar el contacto, cuatro horas de provocaciones y de insinuaciones. Pero no fue lo suficientemente tarde. 
En un momento que yo estaba despistada bailando una mano se apoyó en mi hombro, yo no quería imaginarme que era él, pero al mismo tiempo deseaba que lo fuese. Contemplé su sonrisa de cerca como si no hubiese visto antes nada más maravilloso, sentí su colonia impregnándose en mi ropa, observé su pelo alborotado, al igual que el mío. Y se acercó a mi oído, como si fuese a decirme algo, pero no lo hizo. Y desapareció. 
Desapareció sin dejar rastro.. pero me quedé con la sensación de que volvería a verle, no podía estar más segura de ello. 



sábado, 17 de mayo de 2014

siempre eterna..

No quiero olvidar nada de lo que he vivido, no cambiaría nada de mi pasado, nada de lo que he sido, ni si quiera de lo que he hecho, porque si un día lo hice, fue porque tuve motivos para hacerlo. Tal vez muchas de las veces no he optado por coger el camino correcto, pero era lo que debía hacer en ese instante, y nadie puede culparme por tomar una decisión basada en una serie de hechos y leyes que entonces tenía como principios. Siempre he intentado hacer lo correcto, lo mejor para todos, incondicionalmente. Pero, ¿y yo?, ¿hay alguien que se haya preocupado por pensar qué es lo que yo quería? Me gustaría poder decir que sí, pero el caso es que no lo es. La mayoría han vivido más preocupados por ellos mismos que por los que hacían llamarse "amigos". Amigos, eso creía yo. Que nombre tan mal utilizado en muchas ocasiones, que mal posicionado en algunas de las frases en las que lo he empleado. Pero no me arrepiento, gracias a eso, a ellos, ahora sé que versión quiero ser de mi misma. Puedo ver quién soy y como quiero llegar a ser. Es por eso por lo que no quiero olvidar, olvidarles, olvidarlo, no puedo permitirme el lujo de borrar todo aquello que me ha llevado a gritar al mundo con orgullo como soy, qué soy y qué quiero. Soy incapaz de odiarles, de juzgarles, no, ellos me han ayudado a definirme, sí, a redefinirme, eso no puede ser malo, no ahora. Es cierto que duele, duele ver dejar pasar a personas que creías que podrían ser irreemplazable y que luego al girarte, ellos se den la vuelta y se vayan, sin explicaciones, sin palabras, solo dejando atrás un vacío que no podía comprender, un silencio ruidoso que no cesaba dentro de mi... Culpabilidad, yo tenía la culpa, o eso creía, pero no.. No fue así. Yo no he tenido la culpa de nada. Ahora sé que no








jueves, 10 de abril de 2014

Susurros de un corazón cansado..

Es ahora cuando me encuentro delante de un papel en blanco esperando que algo o alguien lo llene, ya sea con unos meros garabatos, un par de fotos, o unas palabras sueltas, descoordinadas, intentando desahogar un corazón, que lo único que siente al ver esta hoja es impotencia. Impotencia de no ser capaz de escribir algo que cobre sentido, que muestre una mínima parte de los sentimientos que posee, algo, algo que le dé un respiro, de una vez por todas.
Es entonces, cuando dejo que mis dedos fluyan sobre cada una de las letras que están pidiendo auxilio, intentando así formar algo que se acerque una pequeña parte de la realidad, de unas emociones fatigadas que hace mucho tiempo que perdieron su norte, y que son incapaces de lograr una manera con la cuál poder escapar, salir de una vez por todas. Y cuando por fin se deciden a huir algo dentro de mi cambia por momentos, llámalo latidos, llámalo alma, pero es algo realmente indescriptible. Es una sensación efímera, es como un susurro de tu interior que intenta salir hacia fuera sin la necesidad de pronunciar una palabra, un sonido, de mover tu boca. Simplemente, es como si las palabras fueran recorriendo poco a poco tus venas, por todo tu cuerpo, haciéndote revivir sensaciones que creías olvidadas, o que sencillamente no sabías que tenías, es sentir que hay algo dentro, algo que está gritando a voces salir, y tú lo consigues. Los dedos dejas que bailen en cada una de las letras del teclado, dejas que poco a poco canten la melodía, una canción al unísono que lentamente forman algo sólido, parecido a las sensaciones, a los sentimientos con los que convives, es como si se desprendiesen emociones por cada uno de los poros de tu piel, es como cuando la lluvia cae y danza en cada uno de los charcos, salpica, y si cierras los ojos, puedes escuchar su melodía, esto es lo mismo. Cierra los ojos, escucha que tienes dentro, desorden, caos, que se convierte en historia cuando llega a la punta de los dedos y empiezan a danzar, a danzar como la lluvia. Esa es la sensación que hacía meses que había perdido, la misma que me había hecho estar en cuarentena durante tanto tiempo, no la encontraba, era como si se hubiese desprendido de mí. Las palabras se atragantaban, las letras eran incapaces de formar una frase con sentido, con sentimiento, era como si hubiese huido de mi ellas también, pero ahora he comprendido que no, que había sido yo la que había huido de ellas. Porque a veces resulta difícil convivir con ellas, te hacen darte cuenta de lo que realmente sientes, y eso a veces acojona, nos da miedo descubrir lo que sentimos, y a mí me aterrorizaba. Pero hoy sé que nunca me habías dejado sola, no podéis hacerlo, sois parte de mí, escribir es algo que me acompaña desde hace unos años y ha sido mi válvula de escape cuando más lo he necesitado, lo único que ha conseguido hacerme sentir bien, acompañada. Escribir ha sido mi mejor medicina, y ahora, vuelvo a necesitarte más que nunca. No voy a dejarte marchar, no voy a huir de ti, otra vez no.



Perdonad la extensión, lo necesitaba.

domingo, 16 de marzo de 2014

La lluvia.

Hoy es un día de esos en los que siento que solo soy lluvia. Sí, simplemente lluvia. 
Unos cuantos humanos dicen amar la lluvia a ratos, normalmente cuando no tienen nada mejor a lo que aferrarse. Otros dicen amarla para siempre, incondicionalmente, y hacen de ella su mejor refugio, por un tiempo. Y por último, están los que la odian, los que no pueden verla. A fin de cuentas, la lluvia es efímera, pasa por cada uno de nosotros durante un tiempo, pero nunca eternamente. Así me siento hoy, solo lluvia. 
Pasas por la vida de cada una de las personas que tienes alrededor y te sientes amada solo por unos pocos, y a ratos, nunca siempre. Creyendo que  habrá alguien mejor que tu, mejor que tu compañía, incluso, alguien que te sepa querer mejor que yo. Tal vez no soy como esperabas. Tal vez nunca llegue a serlo. Pero te prometo, que siempre he intentado dar la mejor parte de mi.
Me paso la vida intentando hacer feliz a los demás y apostando que de esta manera así también lo seré yo, pero nunca nadie se ha cuestionado qué es lo que me hace feliz ami. Un par de sonrisas y buenas caras ya calman la conciencia de la gente que me rodea, creyendo falsamente que estoy bien del todo, que soy feliz. Pero, ¿quién piensa en mi? ¿En lo que siento? ¿Habrá alguien en algún lugar que realmente se pare a pensar en qué es lo que necesito? Sí, puede sonar egoísta, pero todos necesitamos un alguien que nos cuide, que nos haga sentir la mejor persona del mundo, incomparables. Pero vivo en una constante comparación, ya sea por mi parte o por los que me rodean, el caso es que nunca llego a ser lo suficientemente buena para nada, ni para nadie.. El tiempo pasa, y sí, no puedo quejarme de todo lo que tengo, pero yo también soy una humana, una humana que está pidiendo socorro y rogando que alguien se preocupe de lo que necesita, aunque sea solo una vez.


Christina Perri - Human

sábado, 1 de marzo de 2014

Ahora que te recuerdo..

Nunca es fácil desprenderse del pasado, o eso dicen. Yo no creo que sea algo sencillo o complicado, simplemente una cosa que se aprende con el tiempo. Después de estar mucho tiempo con una persona acabas teniendo una cierta dependencia de ella, te guste o no. Se acumulan miles de pequeñas cosas que sin daros cuenta, acaban convirtiéndose en pequeñas rutinas vuestras, solo nuestras. Y eso me pasó contigo. Fue demasiado tiempo, demasiados miles de segundos juntos, hasta que luego me quedé perdida. No sabía muy bien hacia donde ir, cada parte de mi cuerpo, cada trozo de mi alma llevaba tu nombre tatuado, todo de una forma u otra acababa recordándome a ti. El tiempo pasaba y sentía que esa sensación iba a quedarse conmigo eternamente, y así está siendo, la única diferencia es que ahora he aprendido a convivir con ella. Cada vez que te siento dentro de mí, cerca mío, no te recuerdo como aquél idiota que un día decidió romper con todo, te recuerdo como esa persona que me quiso más que a nada hasta el día que el amor nos dejó de lado. 
A día de hoy, sigo teniéndote más cerca de lo que me gustaría, encontrándome con tu mirada más veces de las que había pensado, pero hay una cosa que no me disgusta ver, tu sonrisa. Me alegra ver que eres feliz, que estás bien y que tienes un nuevo motivo por el que poder reír, al igual que yo. Visto así, ¿no todo ha sido tan malo, no? Ambos hemos podido compartir con otros corazones lo que nosotros mismos ya no nos podíamos dar, y ser capaces de recordarnos con una sonrisa, con una nostálgica y feliz sonrisa




"Para vivir la vida no hace falta saber que uno se está muriendo"

jueves, 30 de enero de 2014

Nunca me he considerado una valiente ni una persona que se caracteriza por el gran coraje que le empuja en cada minuto de su vida, más bien he sido alguien difícil, muchas veces incomprensible para todos, incluida yo. Sin embargo, tampoco me considero una cobarde, simplemente una mezcla entre atrevida, cuando el momento lo requiere, e insegura. Sí, creo que esa es la definición más acertada.  En varios momentos de mi vida me he planteado quien soy realmente, nunca lo he llegado a saber con claridad, ni si quiera ahora aún lo sé, pero si tengo claro lo que no soy y lo que no quiero ser. 
Me gustaría tanto saber como gritarle al mundo lo que realmente siento, lo que realmente soy.. pero vuelve otra vez esa inseguridad que me impide dar pasos agigantados y me obliga a ir una vez más a poco a poco, y el tiempo va pasando y yo sigo estancada, yendo de piedra en piedra con el miedo ese de tropezar y caer una vez más. No sabes cuanto llego a odiar ese miedo y lo muy aferrado que está a mi. Vete. Por favor. Vete... Déjame.
Alguien me dijo una vez que "Ni el vértigo ni el miedo más grande pueden pararte cuando quieres algo de verdad" y yo sigo intentando encontrar la manera de aplicarmela..