martes, 30 de diciembre de 2014

Hasta siempre 2014

Hoy me he levantado con unas ganas inmensas de escribir, de escribirte, y te juro que he hecho todo lo posible para evitarlo, pero ya sabes como son estas cosas, incontrolables. 
Necesito decir que tengo miedo, miedo a que acabe este año y el que empiece sea peor, tengo miedo. Ciertamente, no sabría definir como ha sido este año, pero supongo que si tuviese que poner una palabra que lo definiese, diría intenso, intenso porque he vivido de todo, desde los mejores momentos a los peores que nunca antes podría haber llegado a imaginar. Acabé el 2013 pidiendo un deseo, solo uno, soplándole al 2014 todo lo malo del 2013 y con mis mejores deseos para el próximo, y tampoco puedo decir que no se haya cumplido del todo, pero en ese deseo han habido muchas brechas y heridas que no deberían haber sido así. Tal vez el texto que voy a escribir a continuación va a ser lo más íntimo que he escrito hasta ahora aquí y posiblemente nunca más volveré a desnudarme de esta manera, pero allá voy. 
"Me llamo Judith y mi padre tiene cáncer. Sí, así, sin más, sin tapujos, sin poner palabras que oculten o ablanden la situación, es así y así lo cuento. Me ha llevado nueve meses hablar de esta manera, atreverme a escribir sobre ello, tener la fuerza para sobrellevar de la mejor manera posible ésto, si es que alguna vez la he podido sobrellevar. Sin ninguna duda, este hecho ha sido lo que ha marcado y caracterizado este año, es cierto que me han pasado miles de cosas buenas, cosas que nunca pensé que sería capaz de conseguir, pero que así fueron, pero lo siento, lo siento si me equivoco al pensar que esto es lo más importante. Tal vez tú, que estás leyendo ésto no lo entiendas, yo a veces tampoco consigo entenderlo. Creo que solo personas que han pasado, o están pasando por esto al igual que yo pueden comprenderlo. No es fácil. No es fácil levantarte con miedo, con miedo al qué pasará, es esa incertidumbre, ese no saber, esa falta de respuestas, son todo interrogantes. Soy consciente de que la situación no es nada fácil y que probablemente esto tenga que llevarlo toda la vida conmigo, no sé si saldrá bien o si saldrá mal, o si simplemente saldrá. Pero lo que tengo claro es que voy a vivir cada momento, cada segundo como si fuese el último. 
¿Puedes llegar a imaginar lo difícil que es ver una persona que quieres sufrir? ¿Ver como no tiene ni fuerzas para levantarse de la cama algunos días? No es fácil, te lo aseguro. No es fácil ver como después de más de 12 sesiones de quimioterapia, de más de 6 meses luchando, aún no ha cambiado nada, ni para bien ni para mal, ver que lucha y que no consigue nada. Eso es difícil, eso te araña el alma, la impotencia de no poder hacer nada, de no tener la capacidad de solucionar, ver que se te escapa de las manos. Sólo puedes mantener la fe, la esperanza y transmitir cada día el positivismo que a veces a esa persona le falta, simplemente eso. Y esperar. Esperar que el tiempo de una respuesta a todo esto".
Y por eso tengo miedo a que empiece el 2015, miedo a que cambien las cosas, que empeoren, por eso llevo unos días con la extraña sensación de querer vivir encerrada en el 2014, como si eso fuese a protegerme de cualquier cosa que pudiese pasar, como si éste fuese intocable, inmortal e indoloro. Sé que no tiene nada que ver, que la vida no se mide por años, ni que los años dictaminan el curso de nuestra vida, pero aún así, tengo miedo, y supongo que es normal. Por eso te pido, no se bien bien a qué o a quién, pero que este 2015 este lleno de buenos recuerdos y que por una vez, todo salga bien. 


Hasta siempre. 

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