miércoles, 1 de octubre de 2014

¿Me concedes este baile?

Esta será nuestra noche. Ven. Atrévete a bailar conmigo hoy y te aseguro que mañana no querrás hacer otra cosa. Permiteme concederte este baile, un baile que jamás olvidarás, en el que la música solo afecta a dos personas, tú y yo, acompañados de una noche mágica. Toma mi mano, deja que poco a poco tu melena se despeine, que tus pies se dejen llevar por el ritmo que dictamina mi corazón y que lentamente el tuyo se vaya uniendo al baile. 
Eres tan hermosa e imperfectamente perfecta que haces que un simple baile se convierta en algo inolvidable. Me encanta ver como te ríes cada vez que me pisas, la sonrisa cada vez que giras sobre ti misma dando una vuelta para llegar a mis brazos, unos brazos que jamás dejaran que te caigas por muy difícil que sea el paso que tengas que dar. Verte bailar es una de mis escenas favoritas, ver como todo tu cuerpo se mueve de esa forma tan elegante y sutil, tan limpia y perfecta, realmente pareces una princesa acabada de salir de su cuento solo para encontrar ese príncipe azul. 
Izquierda, derecha, al medio, adelante y atrás, vuelta y vuelta, da igual los pasos que hagas, hacia donde te muevas, tus pies siempre acaban trayéndote de vuelta a mis brazos. Nunca soltaré tu mano, jamás dejaré que eso ocurra. Tu y yo tendremos más que un infinito y más allá. Eres la princesa de nuestra historia, tu dulzura y bondad no la podré encontrar nunca en otros cuerpos, porque tú, tú eres la definición idónea de perfección. Tú eres todas las excepciones de la palabra imperfección, tú conviertes todo lo que tocas en algo especial y único... ¿Dónde voy a encontrar eso? Esa magia solo la posees tú.  Por eso te pido que este baile sea eterno, que nunca dejemos de bailar, por muy complicada que sea la coreografía, por muy cansados que estén nuestros pies, no dejes que encuentren otro camino que no te lleve a mis brazos. 


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