viernes, 9 de noviembre de 2012

Y entonces le vi..

Estaba sumergida en la rutina, empujada por las mismas cosas produciéndome un vaivén monótono. Mi vida se había convertido sedentaria, con unos horarios marcados, ése era mi problema, me faltaba tiempo, tiempo, tiempo era lo que necesitaba y no tenía. Tiempo que gastas no vuelve, no lo recuperas, es un continúo deja vû de ganar y perder tiempo. Una y otra vez.
Ahora iba de camino a la academia de piano, me fascinaba tocarlo, lástima que no pudiese dedicarle más tiempo, era el único momento donde podía relajarme y expresarme junto a la escritura.. nada más. Llevaba mi iPod azul en el bolsillo y mis cascos de color.. azul en los oídos, no escuchaba nada, veía a la gente mover los labios pero sin conseguir descifrar lo que decían. Sonaba Tanto - Pablo Alborán, era una canción que hace poco había agregado pero que no podía dejar de escuchar, me recordaba a él, a cada uno de nuestros momentos. Revivía ésa llama del amor que tanto me quemaba pero que a la vez me resultaba inevitable apagarla. A la vez que mis pasos y yendo a su mismo compás mi alma empezó a cantar la canción una y otra vez, letra por letras, melodía por melodía hasta que de repente algo se cayó. 
Las hojas que llevaba en la mano con partituras de piano que tocaba hoy ensayar se había caído al suelo. Me giré hacia tras para comprobar que nadie me había visto y rápidamente me agaché y cuando fui a coger las hojas roce una mano. Me quede mirándola fijamente. Miedo y calor sentí en ese momento. Tenía miedo a alzar la mirada. Y no lo hice. Hice como si la mano no estuviese allí y agrupé las hojas, pero la mano seguía ayudándome. Su mano rozó la mía, un escalofrío recorrió mi cuerpo, "Calma" me decía a mi misma.
Una vez acabado, me dispuse a levantarme, pero poco a poco fui alzando la vista, despacio, sin prisa. Tejanos azul oscuro, chaqueta de color rojo, probablemente de alguna tienda de jóvenes, camiseta de color negra con letras chinas en blanco, me pregunto que significaría. Y le veo.. un chico joven, de mi edad probablemente, moreno, ojos aparentemente dulces de color miel, sonreía. Un flechazo cruzó mi pecho. Cupido. Y sin saber como dije.
-Muchas gracias - dije tímida.
+De nada - dijo sonriendo con una sonrisa de oreja a oreja.
-Tengo un poco de prisa, que vaya bien.. hasta luego! - dije alterada y avanzando.
-¡Espera! - exclamó cogiéndome del brazo. 
+¿Dime? - pregunté confusa.
-Te has dejado una hoja - se excusó él.
"Me pareció raro.. yo creía haberlas cogido todas.."
+Muchas gracias, gracias otra vez. - dije devolviendo la sonrisa.
Y nos quedamos mirando, nuestras miradas se sostenían, ambos nos estabamos sonrojando, era una extraña situación, hacia tiempo que no me pasaba nada igual, y entonces dijo:
-Bueno.. hasta la próxima - añadió guiñándome un ojo.
Reanude el camino y cogí la hoja que me había dado para colocarla en la carpeta, no era mía, en la hoja ponía: "695684123.. por si se te vuelven a caer". ¿Cuándo lo había escrito? ¿Cómo? No lo sé, todo era confuso. Pero le envié un mensaje a ése número que ponía: "Volveremos a vernos".


http://www.youtube.com/user/PabloAlboranVEVO?v=i-yeB7JL00Q

PD: Nunca olvides tu sonrisa, 
nunca dejes de sonreír.
Vamos va, que es viernes, aunque
no será como los pasados...
ahora hay que estudiar, aún así
SONRIENDO.

Jones, cada día eres más
fuerte, más imprescindible..


Conclusión del día: Menos siempre es más.


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