lunes, 12 de noviembre de 2012

Recuérdame... siempre.

Si hace medio año me llegan a decir que a partir de ese día empezaría a vivir la etapa más dura de mi vida y me explican todo lo que iría viviendo no me lo creo. Yo sabía que algún día tenía que vivir esto, pasarlo y sufrirlo, pero no pensé que fuese a ser ahora, el año que, supuestamente, iba a ser el mejor de mi vida. El anterior lo había acabado cumpliendo mi sueño, pasando unas Navidades perfectas, estupendas, inolvidables, las mejores y había empezado muchísimo mejor. Pero a medida que pasaban los meses mi vida empezaba a entrar en una decadencia continua.
Yo confié, confiaba en que todo saldría bien, que podría volver a abrazarte, a escuchar tus regañinas una vez más, decirme lo frías que tengo las manos o que tengo que ayudar más, pensé que eso que vivía cada año podría vivirlo otra vez. Pero no. Tuvo que salir mal, tuvo que quedarse así, tal cuál, era demasiado pronto, demasiado pronto para todos, un golpe demasiado duro para unos corazones jóvenes para algunos y no tanto para otros, nadie estaba preparado, nadie lo esperaba, nadie lo creía. Probablemente, fue culpa nuestra por no querer ver la realidad, por soñar demasiado, por creer en los milagros, por aferrarnos a la fe, ahora da igual, ha pasado, algunos lo han superado, otros conviven con ello y yo intento sobrevivir al día a día. Lo reconozco, no lo he superado y creo que tardaré mucho en conseguirlo, si es que algún día lo hago. ¿Porqué te tuviste que ir? ¿Dónde ibas a estar mejor que aquí? Sí, soy egoísta. ¡¿Por qué? ¿Por qué?!
Echo de menos tus abrazos, tus lecciones, tus ganas de vivir, tu ilusión, tu cariño, tu ternura, tu mirada, tu sonrisa... Te echo de menos. Quiero revivir por un momento todo el pasado a tu lado, las tardes, veranos y días que cuidabas de mi cuando era pequeña, cuando venías a recogerme al colegio, cuando pasábamos las tardes esperando a los papas jugando al parchís, a la oca o a cualquier juego que te propusiésemos. No importaba, siempre estabas dispuesta ha hacerlo. 
Me arrepiento de no haberte llamado más veces o haberte explicado más cosas de las que te explicaba, ésas que tanto te gustaban. Perdóname por eso.. Donde quiera que estés.
Para acabar quiero pedirte que no te olvides nunca de mi, no olvides que te quiero y que para mi eras una parte fundamental de mi vida, nadie llenará tu hueco, nunca, nadie.
Te quiero, donde quiera que estés, si estás leyendo esto, ten por seguro que te tengo presente, ahora y siempre.
Ojalá no te hubieses ido, ojalá te hubieses quedado aquí.. con nosotros. Te necesitamos, nada es lo mismo sin ti, tu ausencia está afectando las relaciones, tu eras la cabeza de esta familia pero sin ti ya nada es lo mismo.
No me olvides, cuídame, protegenos desde donde estés... recuérdame.



PD: Necesitaba escribirte otra vez...
es la única manera de la que me veo
capaz de hablarte.. escribiéndote.

¿La recuerdas? Ésas olimpíadas, tu estabas 
ahí, apoyándome, dando fuerzas que
finalmente me haría conseguir el 
primer puesto. 
"Adelante, a lo más alto siempre..puedes"
Solías decirme.
Te prometo que lo haré, siempre, no me rendiré
a pesar de lo difícil que sea, quien se oponga
sola o acompañada
pero lo haré.
Han pasado 3 meses solo y parece
que haya pasado una eternidad..

Jones, believe in me again.

Conclusión del día:  Llegaré a saber lo que soy y seré lo que quiero ser.

2 comentarios:

  1. La perdida de una persona a la que queríamos siempre es muy dura, y por mucho tiempo que pase esa cicatriz nunca llega a curarse del todo. Mucho animo! Un beso
    palabrasolvidadaseneltiempo.blogspot.com

    ResponderEliminar
  2. Me encanta tu blog, y esta entrada también me ha gustado mucho, la verdad. Ahora mismo te sigo, pásate por el mio si te apetece :)

    ResponderEliminar