martes, 29 de mayo de 2018

SENTIR EL DOLOR

¿Cuántas veces nos habrán dicho que el tiempo lo cura todo? Probablemente esta frase la hayas escuchado más de una vez, y seguramente, tú también se la habrás pronunciado a alguien. ¿Pero realmente alguien se cree que el tiempo lo cura todo? 
¿Curar? No curamos, convivimos. Aprendemos a vivir con el enemigo, dejamos que el dolor nos acompañe creyendo que somos amigos. Sobrevives, dejas que una parte de ti deje de sentir lo que siente y camine. Haces todo lo posible para que sane, para  evitar que siga desgarrándote ese dolor, para autoconvencerte que todo cambiará, que seguirás y no dolerá. Y sí, sigues, per nunca cicatrizará.
Siempre hay algo que nos vuelve vulnerables, que nos abre la herida y sangra. Vuelves a sentir el dolor. No estás curado, era un parche temporal. Una canción, un perfume, una frase, siempre habrá algo que te lo recuerde. Que te recuerde lo que has perdido, lo que dolía y como lo escondiste bajo llave, sin saber que tarde o temprano algo iba a forzar la cerradura. 
No curamos. No olvidamos. Sobrevivimos porque hay que vivir. Ignoramos el dolor, pero sentimos. Sentimos la rabia, la ira, la impotencia de no poder hacer nada, sentir que se nos escapa de las manos, que no depende de ti. Que lo pierdes, que lo has perdido, y no hay vuelta atrás. 
Y lo mejor no es olvidarlo, es ser conscientes de la realidad, aceptar lo que has perdido y ya nunca volverá, tomar consciencia que habrá un antes y un después, que no volverás a ser nunca más la misma persona, que ya te has ido, y no hay marcha atrás. Convivir. Convivir con aquello que nos duele es lo que nos hace avanzar, e ignorarlo, sólo nos hace echar un paso atrás. 

Siente el dolor. Siente tus lágrimas derramarse por tus mejillas. Siente que sientes. Y que ese sentir sea lo que tire de ti.

J.

No hay comentarios:

Publicar un comentario