jueves, 2 de mayo de 2013

Aún es demasiado pronto para rendirse.

Cuando el mundo me arrancaba las sonrisas una a una, cuando me encontraba ahogada entre mis propias lágrimas, cuando sentía que no sentía nada.. ahí estuviste. En los días que estaban pintados de un negro carbón, solitario, triste. En las lágrimas más ácidas, de esas que queman, escuecen y te hieren el alma. En los peores y mejores días, ahí estuviste tu. 
Si tu estabas allí nada de lo que nos rodeaba tenía ninguna especie de sentido, todo giraba, se transformaba, se olvidaba. Tú significas el olvido de la tristeza, eres la sonrisa personificada, la luz del final del túnel. 
Eras tú el que podía sacarme de cualquier agujero en el que me encontrase, más o menos profundo, eras tú.  Tú me cogías la mano y me hacías fuerte como un sol de verano a mediodía, brillante, radiante y sonriente. Cuando más frágil estaba la situación, más débil era el momento o simplemente más destructible estaba... eras tú el que me daba coraje a sobrevivir. Ya podía estar al borde un inmenso precipicio  que si tú me gritabas "No saltes, no estás sola", y yo jamás saltaba. 



María Villalon - La lluvia



Cuando por fin consigues encontrar la llave de la felicidad 
 siempre hay algo o alguien que acaba cambiando la cerradura.





2 comentarios:

  1. Quiero empezar diciéndote que me encanta como escribes, lo haces de manera muy natural y con sentimiento. Quiero añadir que me gusta mucho la presentación de tu blog y que esta entrada me ha resultado muy "real". Es una situación que todos hemos llegado a vivir en algun momento... Y parece que siempre que estamos al borde del abismo, alguien nos llama y jamas llegamos a saltar. Así que estoy de acuerdo con tu entrada, es maravillosa.

    BESOS GRANDES, pasar tú por mi blos si te apetece, te dejo aquí el link: http://icantlovemore.blogspot.com.es/

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