volveré a ser grande

Después de rozar la cima más alta del cielo, te chocas con un infierno ardiente, tú no lo has buscado, ni si quiera recuerdas el camino que hicieron tus pies, pero no puedes remediarlo y te encuentras ahí, parada, esperando que el destino mueva ficha por ti. Porque tú incapaz de encontrar la forma. Descolocada. Confundida. Sintiendo nostalgia de un pasado que fue efímero, de una felicidad fugaz, de un bienestar rutinario que me abandonó. Y estoy sin destino y sin sabiduría. Huyendo de este presente. Alimentándome a base de anhelos caducados que me impulsan a continuar. Porque algún día volveré a ser grande. ¿Cuándo? No lo sé. ¿Cómo? Recuperándome a mi misma, de nuevo. Serán muchas las hostias que me den por el camino, muchas las tormentas que tendré que atravesar, muchas las personas que iré dejando atrás, y muchas sonrisas que me serán robadas, pero no me detendré, voy en busca de mi destino, aunque ni si quiera sepa cuál es, lo voy buscando. Allí. Allá. Y cuando lo encuentre, sabre que es él. Parece un reto emocionante. El mismo por el que querré abandonar infinitas veces y el mismo que me hará luchar infinitas veces más. Este reto comienza dentro de mi. Reviviendo esos sueños que me vieron nacer y que un día dejé morir.

Los sentimientos de hoy no son más que la piel muerta de los de ayer.

No esperes más. Mañana ha llegado.